Hola Emilio, encantado de conocerte. Habrás visto que ni doblé la cabeza cuando pasé bajo el Faro de la entrada al puerto de Cartagena. El sábado era el día estupendo y apropiado para no remar, así que nos fuimos a remar...y yo con piragua prestada, una Aquilia Polipro, buén barco. No había visto en el mar rachas tan fuertes, que te quitaban la pala de las manos. Hemos salido pegaditos a costa, buscando refugio, pero la vuelta, con dos cojones, en linea recta. La salida de la playa donde hemos echado el rato de charla estaba jodida. Las olas parece que entran por rachas de tres a seis, primero bajas y luego altas. Y como yo soy g*****, pués me he metido con las últimas. Me han dado tan fuerte que me han sumergido totalmente, se ha abierto el tambucho delantero, que se ha llenado de agua, pero he salido a mar abierto y lo he podido vaciar. Esto de remar en un puchero hirviendo tiene poca gracia, pero vamos muy juntos e intentando charlar. Yo no he dicho ni mú, apretando los dientes, mirando la proa como si de ello dependiese mi culo, y apoyando-remando sin parar. Llevamos como diez días de levante fuerte, y no para. Espero que esto se calme para nuestra rutilla de Almería, porque si sigue así no se puede ni pensar en ello, aunque nos pese.