Pues ya estoy de vuelta en este fresco y lluvioso Norte. Ha sido un paréntesis extraño entre borrascas esta visita improvisada a la isla que, aunque ventosa, ni punto de comparación con el clima que tenemos aquí.
Todo se me puso a güevo para una quedada improvisada: Martinenkayak que había quedado con Lanzakayak.... un mensajecito... y voilá, navegando por el tramo más interesante de la isla de Lanzarote, al menos el más protejido del viento, gracias a la generosidad de Andrés.
Lo he disfrutado mucho, gracias.
Y como ese agua está tan templadita en comparación con la de aquí, ¡cómo no iba a hacer una zambullida! Y si es en las rompientes, mejor...
A ver si puedo ir a la vuelta a la isla de septiembre.